martes, 23 de febrero de 2010




…La mujer en el arte flamenco…

La presencia de la mujer en el flamenco ha servido de base no sólo en la “creación”, sino también en la “conservación” de los más puros y ortodoxos estilos flamencos.
Es cierto que el llamado “cante jondo” tiene unas premisas y cánones a los que hay que ajustarse plenamente, pero no menos cierto es que en el flamenco se da una constante evolución en la manera de “sentirlo” y “expresarlo”. Ahí ha estado tanto el hombre como la mujer. Debe admitirse, asimismo, modificaciones interpretativas de los diversos estilos que no favorecen plenamente a la mujer cantaora. Respecto a la “voz”, afilá, redonda, natural, laína y fácil, debemos manifestar que la “mujer cantaora” ha gozado siempre de este tipo de voz.


No se olvide, que la voz es algo temperamental, cuyo carácter pertenece a la constitución fisiológica y psíquica de cada persona. Pero el cante no es sólo voz….
La historia flamenca nos puede llevar de la mano, sin la menor duda, para conocer la nombradía y talla artística, entre otras, de La Niña de los Peines, La Andonda, María de las Nieves, La Serrana, La Trini, María la Mica, Dolores la Parrala, Paca Aguilera, Mercedes la Serreta, Tía Anica la Piriñaca, María Armento, La Perla de Cádiz, Emilia de Benito, Concha la Peñaranda, Anilla la de Ronda, La Bilbá, La Niña de la Puebla, Fernanda y Bernarda de Utrera, La Paquera de Jerez…y otras muchas que escapan a la brevedad. La mujer ha sido y es forjadora del arte flamenco al unísono con el hombre.

...y más en..


Bibliotecas Locales
Flamenco. Abdelatif B.
Bibl.Museo Etnográfico



Libros
La identidad de La mujer en el arte flamenco Miguelina Cabral Domínguez
Signatura Ediciones, s.l.



Internet
http://www.flamenkos.com/

1 comentario:

  1. Hasta tiempos modernos, las cantaoras han sido siempre solteronas, viudas o lesbianas, o el caso excepcional de Pastora que ya era máxima figura antes de casarse. Por tradición, la mujer casada no cantaba en público, y esto ha representado una gran pérdida para el flamenco. Si Periñaca y tantas otras no hubieran sobrevivido a sus maridos, hoy en día no las conoceríamos.

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